sábado, 18 de junio de 2016


Hacia el coche híbrido definitivo: más ligero, versátil y autónomo



Roberto José García y Juan Carlos Arenal en la Escuela Politécnica Superior de Zamora M. DENEIVA


De su afición al mundo del motor nació la idea de orientar el trabajo de fin de carrera hacia el sector automovilístico y de la que ha surgido finalmente un motor para vehículos híbridos más ligero, más pequeño y versátil que los que actualmente hay en el mercado.


Juan Carlos Arenal Lorenzo es estudiante de cuarto curso de Ingeniería Mecánica en la Escuela Politécnica Superior de Zamora. Su idea inicial fue construir un vehículo que usara como energía una pila de hidrógeno, pero las que están desarrolladas, añade, son muy pequeñas y no hubiera sido viable aplicarlas para mover un vehículo con ocupantes. De ese descarte surgió la segunda opción,utilizar la tecnología actual para crear una alternativa a la planta generadora que lleva cualquier vehículo híbrido.


La diferencia entre lo que hay en el mercado y el ingenio desarrollado por Juan Carlos Arenal parte del concepto. El motor de los vehículos híbridos actuales, aparte de generar electricidad para las baterías, mueve el vehículo con una caja de cambios. Además, ese coche dispone de un motor eléctrico del que tira la batería que ha cargado el motor de gasolina para hacerlo funcionar.

En este nuevo concepto, el motor de combustión propio no mueve el coche, solo genera electricidad, y son motores eléctricos los que lo impulsan, motores que se colocarían en las ruedas del vehículo, algo que ya se está haciendo y que, según este joven investigador, es la tendencia de futuro en la industria automovilística. «Con los motores en rueda el capó queda vacío, eso es bastante mejor que lo que hay ahora, y en ese espacio que ahora está ocupado por el motor se puede implementar este sistema con las propias baterías que cargaría la turbina».

A través de una prueba concepto (ayuda otorgada por la Universidad de Salamanca) se ha podido adquirir el equipamiento requerido. Este dispositivo que ha manejado Juan Carlos Arenal consta de un compresor que comprime el aire que, mezclado con el combustible, explota y, al expandirse los gases, consigue mover la primera etapa de turbina. Ésta descarga sobre una segunda etapa que mueve la caja reductora. La primera está a unas 100.000 revoluciones por minuto y la segunda a 10.000, magnitud suficiente para poder acoplar el generador.

Las dos grandes ventajas que ofrece el proyecto de Juan Carlos Arenal en comparación con la tecnología que existe actualmente se sustentan en el tamaño de los equipos y también en el tipo de combustible que puede utilizar.

El diseño de este estudiante de la Politécnica de Zamora es 3,5 veces más pequeño que los motores de los vehículos híbridos actuales y también mucho más ligero. «Frente a los 200 kilos que puede pesar un motor convencional, la alternativa que estamos proponiendo no pasaría de los 10 ó 15 kilos». Señala que la tecnología de las baterías está «poco desarrollada» y el peso del motor global viene determinado por el peso de esas baterías. El futuro, apunta, está en el grafeno que confiere una gran ligereza a estos sistemas.

El motor de turbina, explica, permite el multicombustible frente a los vehículos híbridos actuales que funcionan con diésel o gasolina. En su concepción más amplia, apunta, ya que en el depósito se podría utilizar desde gasolina o biodiésel a keroseno, parafinas para estufas, petróleo o gases como butano o propano. La diferencia de combustible se traduce, lógicamente, en una diferencia en el rendimiento del motor. «Nuestra intención es dejar una amplia gama de combustibles que den buenos resultados y que no eleven el gasto», añade.

El consumo de combustible puede ser también mucho más reducido que en los convencionales. Nuestra idea, señala, es que «la turbina funcione al régimen óptimo de la máquina, de manera que los picos de consumo los pueda asumir la batería».

Las pruebas realizadas permiten asegurar que con este sistema se podrían recorrer 100 kilómetros con una carga de 20 minutos y un euro de biodiésel, parámetros muy diferentes a los que existen habitualmente para este tipo de vehículos.

El proyecto se encuentra en la fase final, ya que únicamente quedaría montar el prototipo instalando el generador eléctrico y hacerlo funcionar, un proceso que esperan tener acabado en el plazo de un mes y medio.

Además de la utilidad que el nuevo sistema puede tener en la industria del automóvil, el proyecto desarrollado hasta ahora es susceptible de tener una segunda fase «en la que se analizaría la mejora de la eficiencia energética y los rendimientos aprovechando el calor residual de las turbinas para otros usos como puede ser la climatización, lo que permitiría hablar también de trigeneración», explica Roberto José García Martín, tutor del proyecto y profesor de la Escuela Politécnica Superior de Zamora.

Esta tecnología que se pretende desplegar, añade, es interesante para servicios como los que desarrolla el Ejército, la Unidad Militar de Emergencias o los servicios de emergencia, una posibilidad ante la que se ha mostrado receptivo el subdelegado de Defensa de Zamora, José Andrés Cuéllar, que ha facilitado parte del proceso.

Expertos plantean incorporar aspectos de Ingeniería Mecánica para minimizar impacto de terremotos en edificaciones

Leopoldo Breshi y su colega Ian Watt, ingenieros civiles chilenos, que visitan Ecuador para compartir su experiencia sobre la aplicación de tecnología para minimizar los impactos de los movimientos telúricos sugirieron la incorporación de elementos de la ingeniería mecánica en las edificaciones para enfrentar los riesgos.

Esa es la experiencia que esperan transmitir durante su permanencia en el país, que sufrió un terremoto de magnitud 7,8 el pasado 16 de abril, donde tenían previsto mantener reuniones con autoridades del gobierno y sectores privados, indicaron los expertos en el programa Ecuador No Para, transmitido por El Ciudadano TV en coproducción con ANDES.

Breshi expuso que se puede poner elementos de aislación en la interfase entre el suelo (la fundación) y la estructura que bloquean la entrada de la energía producida por los terremotos.

Esta tecnología ya se aplica en países como Nueva Zelanda, Japón, Corea, Rusia, Turquía, Perú, Colombia y Chile país donde es obligatorio que, por ejemplo, los hospitales públicos tengan un sistema de aislación sísmica, añadió. 

“Está la tecnología del amortiguamiento, un concepto mecánico, que usan los automóviles, ese mismo tipo de sistema incorporándolo a los edificios (…) eso permitiría tener edificios en que el impacto de un terremoto sea mucho menor”, sostuvo.

Explicó que en un terremoto el nivel de aceleración es lo que puede ocasionar que un edificio se caiga. “En el ámbito nuestro (la ingeniería civil), la aceleración, o sea el cambio de velocidad que pueda tener ese movimiento es lo que genera fuerza de inercia importante que tiene que, en algún modo, afirmarse”, explicó.

A través de los elementos de aislación sísmica la aceleración se reduce fuertemente la aceleración lo que, en un estado ideal, podría hacer que incluso ni se sienta, sostuvo el ingeniero chileno, docente en el departamento de Estructuras de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica en su país.

Ian Watt Arnaud, ecuatoriano nacionalizado chileno, y magister en Ingeniería por la Universidad Católica de Chile, dijo que esta tecnología no es necesariamente más cara cuando se incorpora todo el costo económico del daño y la recuperación del edificio en caso de una eventualidad. Podría bordear entre el 2 y el 4% más de costo y un desarrollo de proyecto un poco más complicado, indicó.

“No estamos hablando de costos significativamente más altos de los que ya existen y, de todas maneras, versus el potencial daño, hay que incorporarlos, nosotros no vemos otra alternativa que eso”, manifestó.

Breshi retomó la idea y señaló que es fundamental optimizar el uso de esa tecnología para aplicarla, por ejemplo, en las viviendas sociales.


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Breshi y Watt junto a Marco Antonio Bravo (i), conductor del programa Ecuador No Para. / Andes
Planificar a futuro
Watt dijo que no hay impedimento para volver a edificar en las denominadas “zona cero”, los sectores que sufrieron la mayor devastación luego del terremoto del 16 de abril.

Añadió que Ecuador debe implementar una planificación con proyección al futuro que determine cómo quiere que la infraestructura se “comporte” en eventos de magnitud.
“El país tiene que prepararse estratégicamente para esto. Tiene que dar, desde arriba, una visión estratégica de cómo quiere abordar estos problemas, planificando ubicaciones y dando las directrices de lo que va a permitir y lo que quiere hacer”, dijo.
Breshi y Watt tenían previsto sostener reuniones en Ecuador con la ministra de Desarrollo Social, viceministro de Vivienda, Transporte y Obras Públicas y con la Cámara de Industria de la Construcción y sectores privados de Quito y Guayaquil.




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Vídeo detallado de la entrevista





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Este motor de combustión ruso del tamaño de un iPhone tiene 5 CV y puede impulsar un kart


Cada cierto tiempo alguien inventa un nuevo tipo de motor con la idea de revolucionar el mercado automovilístico. El ingeniero mecánico ruso Nikolai Shkolnik tenía otra idea en mente, y quizá por ello su motor de apenas dos kilos de peso ya cuenta con el respaldo de la mismísima agencia DARPA.

El motor se llama Liquid Piston, y es un nombre curioso porque lo que hace es precisamente prescindir de los pistones que impulsan los motores de combustión convencionales. En su lugar utiliza un rotor excéntrico que gira dentro de una cámara. En cada giro, el rotor deja entrar la mezcla de aire y combustible, la comprime y la prende, creando varias cámaras que se expanden y contraen alternativamente.



La idea no es nueva. El motor Wankel de 1924 es el motor de tipo rotatorio más conocido que existe, pero tiene bastantes inconvenientes. Entre ellos está un mayor coste de mantenimiento y mayores emisiones contaminantes.
Nikolai Shkolnik le dio la vuelta al motor Wankel, y lo hizo literalmente. En lugar de un rotor triangular en una cámara redondeada, su diseño se basó en un rotor redondeado en una cámara de corte triangular. El resultado de ese cambio es que permite un mayor ratio de compresión en cada cámara y evita que el gas pase de una a otra. En esencia elimina los problemas del Wankel.
Comparado con un motor de combustión de la misma potencia, el Liquid Piston X-Mini es un 20% más eficiente desde el punto de vista de consumo de combustible. Además, su construcción tiene menos partes móviles por lo que no vibra tanto. La ventaja más poderosa es su tamaño y peso. La versión de cinco caballos de potencia tiene una altura poco más grande que la de un iPhone 6 (16,7 x 15,7 x 13,7 cm) y pesa solo 1,8 kilos. Un motor de cortacésped con esa potencia ronda los 14 kilos.
El proyecto de Nikolai Shkolnik lo continuó su hijo Alec, un ingeniero en computación especializado en Inteligencia Artificial. El mérito de Alec es haber convertido el motor en una alternativa comercial viable tras años de desarrollo, y para ello lo que ha hecho ha sido ignorar por completo el mercado automovilístico.
Suena a despropósito, pero no lo es. Alec Shkolnik reconoce que, aunque el Liquid Piston está muy avanzado, es probable que no esté preparado para superar pruebas de rendimiento obligatorias en la industria del automóvil como el estándar de durabilidad de 100.000 millas. “Muchas personas tratan de vender inmediatamente sus motores mejorados a la industria del automóvil” explica Shkolnik en una entrevista a IEEE Spectrum“No puedo culparlos, porque es un mercado de 300.000 millones de dólares. El problema es que hacer realidad un proyecto semejante requiere al menos 7 años de pruebas y 500 millones de dólares, y eso en un motor convencional donde el riesgo es más bajo”.
En lugar de apuntar tan alto, Shkolnik ha perfeccionado un motor de cortacésped que pesa apenas dos kilos. El prototipo ya ha despertado el interés de la agencia DARPA, que lo ha financiado para dar vida a drones de tamaño medio. Lo mejor del asunto es que los militares no tienen el juguete en exclusiva. Si eres un entusiasta de la ingeniería puedes comprar un kit de desarrollo del Liquid Piston hoy mismo desde su página web. Tener la motosierra más ligera y potente del planeta solo te costará 30.000 dólares.
¿Veremos un motor como este en automóviles dentro de unos años? Con el auge de los vehículos eléctricos no parece probable, pero todo puede pasar. Según sus inventores, el sistema es escalable hasta los 1.000 caballos de potencia. Un Liquid Piston de 220 HP pesa solo 13 kilos y mide 25 x 25 x 20 cm. [Liquid Piston vía IEEE Spectrum]
Video de kart usando el motor

domingo, 23 de marzo de 2014


                                                                 
                                                
                        

   
        












CARRERA: INGENIERÍA EN MECÁNICA


ASIGNATURA: NTICS 1



NOMBRE: KATHERINE VICTORIA MOLINA CABRERA


DOCENTE: ING. IBETH MANZANO

NIVEL: I SEMESTRE

PERIODO: I PERIODO 2016 (ABRIL-SEPTIEMBRE)